¿En qué se convierte el individuo
cuando pasa a formar parte de la multitud? ¿Qué atribuye identidad
a la masa? ¿Cómo deviene la dinámica del poder en tales
acontecimientos? ¿Cómo somos percibidos desde fuera? Estas
son algunas de las cuestiones sobre las que podría invitar a
reflexionar la exposición que presenta el CAC Málaga del artista
americano Wayne Gonzales. Una muestra que presenta un conjunto de
diez piezas, dos de ellas inéditas, y que siendo su primera
exposición individual en España estará disponible hasta el 22 de
enero del 2012.
Wayne Gonzales parte siempre de
fotografías para sus pinturas, muchas tomadas por él y otras
obtenidas en internet. Antes de traducirlas al medio pictórico las manipula digitalmente alejándolas del referente hasta tal punto que muchas veces olvida de dónde provienen. El artista celebra la imagen en sí, e indaga en las
posibilidades que las nuevas tecnologías aportan a la pintura. “No
basta con representar la realidad, hay que subvertirla”, exponer la
pintura como parte de ella.
Al contemplar sus cuadros reconocemos las imágenes como algo familiar, puesto que forman parte
del imaginario colectivo del que el artista se nutre. Pero la
mayoría de las veces no podemos identificarlas, nos falta
información para llegar a entender lo que nos dice. Nos
encontramos, por ejemplo, con una multitud de gente aglutinada y
desconocemos el motivo . La imagen se encuentra descontextualizada,
aislada de su referente, que podría ser
una manifestación política o un concierto. Es así como en su obra
lo conocido se hace imposible de identificar, y lo cercano y
familiar se acerca a lo ominoso (ver Freud). El que contempla su obra
está invitado a hacerlo de un modo subjetivo a través de la libre asociación
de su visión del mundo que es tanto familiar como extraña.
A esto se le añade el trato que el
artista hace de la imagen. Los rostros anónimos de cada uno de los
que conforman la multitud se difuminan con sus sombras, creando un
paisaje de manchas monocromas que se sostienen entre los
abstracto y lo figurativo, entre la luz y la oscuridad. Sus pinturas
producen una experiencia visual única que atrae a la vez que
inquieta al espectador.
Una constante en la obra de Wayne
Gonzales es su interés por los mecanismos del poder y el papel del
individuo frente a las masas. El artista no se define a sí mismo
como un artista político, sino que afirma que todo arte es político
como un factor inherente.
Conviene destacar tres pinturas que
forman parte de la exposición y que podrían en un principio
funcionar como la excepción al discurso predominante en la sala. Las
pinturas están basadas en una fotografía del sol tomada por el
artista. Esta imagen repetida crea una cuadrícula de orbes luminosas
que se difuminan con un fondo oscuro a través de bandas concéntricas
y que bien nos podría recordar a los focos de un plató o de un
estadio. Focos que nos iluminan mientras recorremos la sala. ¿Qué
diferencia a la multitud del museo con la de los cuadros?
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