jueves, 24 de noviembre de 2011

Wayne Gonzales, la multitud expuesta.



¿En qué se convierte el individuo cuando pasa a formar parte de la multitud? ¿Qué atribuye identidad a la masa? ¿Cómo deviene la dinámica del poder en tales acontecimientos? ¿Cómo somos percibidos desde fuera? Estas son algunas de las cuestiones sobre las que podría invitar a reflexionar la exposición que presenta el CAC Málaga del artista americano Wayne Gonzales. Una muestra que presenta un conjunto de diez piezas, dos de ellas inéditas, y que siendo su primera exposición individual en España estará disponible hasta el 22 de enero del 2012.

Wayne Gonzales parte siempre de fotografías para sus pinturas, muchas tomadas por él y otras obtenidas en internet. Antes de traducirlas al medio pictórico las manipula digitalmente alejándolas del referente hasta tal punto que muchas veces olvida de dónde provienen. El artista celebra la imagen en sí, e indaga en las posibilidades que las nuevas tecnologías aportan a la pintura. “No basta con representar la realidad, hay que subvertirla”, exponer la pintura como parte de ella.

Al contemplar sus cuadros reconocemos las imágenes como algo familiar, puesto que forman parte del imaginario colectivo del que el artista se nutre. Pero la mayoría de las veces no podemos identificarlas, nos falta información para llegar a entender lo que nos dice. Nos encontramos, por ejemplo, con una multitud de gente aglutinada y desconocemos el motivo . La imagen se encuentra descontextualizada, aislada de su referente, que podría ser una manifestación política o un concierto. Es así como en su obra lo conocido se hace imposible de identificar, y lo cercano y familiar se acerca a lo ominoso (ver Freud). El que contempla su obra está invitado a hacerlo de un modo subjetivo a través de la libre asociación de su visión del mundo que es tanto familiar como extraña.

A esto se le añade el trato que el artista hace de la imagen. Los rostros anónimos de cada uno de los que conforman la multitud se difuminan con sus sombras, creando un paisaje de manchas monocromas que se sostienen entre los abstracto y lo figurativo, entre la luz y la oscuridad. Sus pinturas producen una experiencia visual única que atrae a la vez que inquieta al espectador.

Una constante en la obra de Wayne Gonzales es su interés por los mecanismos del poder y el papel del individuo frente a las masas. El artista no se define a sí mismo como un artista político, sino que afirma que todo arte es político como un factor inherente.

Conviene destacar tres pinturas que forman parte de la exposición y que podrían en un principio funcionar como la excepción al discurso predominante en la sala. Las pinturas están basadas en una fotografía del sol tomada por el artista. Esta imagen repetida crea una cuadrícula de orbes luminosas que se difuminan con un fondo oscuro a través de bandas concéntricas y que bien nos podría recordar a los focos de un plató o de un estadio. Focos que nos iluminan mientras recorremos la sala. ¿Qué diferencia a la multitud del museo con la de los cuadros?

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